sábado, 20 de septiembre de 2014

Vietnam aprueba la exportación de maíz transgénico y abre las puertas a un fabricante del agente naranja

Hanoi estima que para 2020 entre el 30 y el 50 por ciento de los cultivos serán de este tipo

Monsanto, empresa que fabricó el compuesto usado como arma química, beneficiada

Vietnam: La herencia maldita del agente naranja

Vietnam ha aprobado la importación de maíz transgénico para pienso animal y ha abierto así las puertas a Monsanto, una de las empresas que fabricó el agente naranja, el herbicida que ha causado enfermedades y malformaciones a miles de vietnamitas.
Tras unos meses de experimentos, el Ministerio de Agricultura ha dado luz verde a la alimentación del ganado con cuatro variedades de maíz producidas por la empresa suiza Syngenta y por Dekalb, filial de la estadounidense Monsanto que cuenta con una oficina en Ho Chi Minh, la urbe más poblada del país.

El director del Instituto de Agricultura y Biogenética, Le Hoy Ham, declaró al periódico Nong Nghiep (Agricultura) que la entrada de estas cuatro variedades es un primer paso hacia el cultivo masivo de transgénicos en Vietnam.
El plan trazado por el Ejecutivo de Hanoi en 2006 prevé los primeros cultivos a gran escala de variedades transgénicas en Vietnam a partir de 2015 y estima que para 2020 entre el 30 y el 50 por ciento de los campos agrícolas serán de este tipo.
De momento, sólo se han producido siembras experimentales de estas variedades, a la espera de que el Ministerio de Medio Ambiente permita su producción masiva y su posterior consumo humano.
Los dirigentes vietnamitas buscan la manera de reducir las importaciones de maíz para alimentar el ganado (alrededor de 1,5 millones de toneladas anuales) y además esperan incrementar en el futuro los rendimientos agrícolas para garantizar la alimentación de los más de 90 millones de vietnamitas.
Sin embargo, estos pasos han provocado los recelos de activistas que no ven con buenos ojos el buen trato dispensado a Monsanto, galardonada el pasado enero como una de las empresas agrícolas más sostenibles del país.
"Este reconocimiento refleja la dedicación de los empleados de Monsanto para mejorar la agricultura y las vidas de los vietnamitas", señaló entonces Nguyen Hong Chinh, responsable de la compañía en el país indochino.
"¿Por qué íbamos a creer a la misma empresa que dijo que el agente naranja era inofensivo? Hoy siguen naciendo niños con malformaciones por culpa de los herbicidas fabricados por Monsanto y empleados durante la guerra", denuncia Chuck Palazzo, veterano estadounidense que reside en el centro de Vietnam desde 2004 y colabora con afectados por el defoliante.

De herbicida a arma química

En la última década, la Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja (VAVA) ha llevado a juicio a los principales fabricantes del agente naranja por los daños a la salud causados a unos 3 millones de vietnamitas, según estimaciones de la Cruz Roja local.
Hasta el momento, los juzgados de Estados Unidos han desestimado las demandas, pero los responsables de VAVA sopesan librar una nueva batalla en los juzgados.
Un tribunal surcoreano fue el primero hace un año en condenar a pagar indemnizaciones a Monsanto y Dow Chemical, que tuvieron que desembolsar 415.000 dólares a repartir entre 39 veteranos coreanos aquejados de enfermedades dermatológicas tras combatir en Vietnam.
Entre 1961 y 1971 se derramaron al menos 76,5 millones de litros de productos químicos tóxicos en Vietnam, de los cuales 45,7 millones corresponden al agente naranja, según un informe del Gobierno de Hanoi.
De esta forma, el Ejército de EEUU pretendía destruir áreas de selva donde se ocultaban los soldados comunistas.
Desde que terminó la guerra en 1975, unos 150.000 niños han nacido con malformaciones y limitaciones físicas ligadas a la dioxina, una sustancia contenida en el herbicida y considerada el veneno más letal creado por el ser humano.
El régimen comunista ha vinculado el uso del químico con 17 enfermedades, entre ellas nueve tipos de cáncer, dolencias medulares, formas de diabetes y deficiencias mentales.
Además de sus reservas morales, los activistas y algunos científicos alegan que el cultivo de transgénicos en Vietnam puede ser peligroso para la salud y además no traerá los réditos económicos esperados ahora que la Unión Europea y China, entre otros, están cerrando sus puertas a estas variedades.
"La tecnología de los transgénicos ha dado unos rendimientos muy por debajo de lo esperado a lo prometido y cada vez más países se están dando cuenta", sostiene en declaraciones al diario vietnamita Than Nien (Juventud) Angelika Hilbeck, científica del Instituto Federal de Tecnología de Zurich.
"En Europa --añade--, estamos cada vez más en contra del camino industrial que escogimos para la agricultura y por eso estamos alejándonos de los transgénicos. Vietnam tiene que decidir qué tipo de agricultura y de sistema de alimentación quiere. Es su propia decisión".

De:
http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/16/54181142ca474100188b4580.html 

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