La Agencia Norteamericana para los Alimentos y Drogas (FDA) acaba de aprobar el salmón modificado genéticamente, el cual puede crecer mucho más rápido; además, dice que no es una amenaza para el medio ambiente y es un alimento tan seguro como el salmón atlántico. Este aspecto pone de manifiesto una preocupación que viene desde hace tiempo, sobre el consumo de algunas plantas modificadas –como el maíz o la soja- para alimentar animales. Los grupos defensores de la seguridad alimenticia, los ecologistas y la industria del salmón tradicional han manifestado su oposición a los productos alterados genéticamente. Algunos países como Japón, Rusia o Perú han impuesto serias restricciones a los alimentos modificados.
El salmón atlántico modificado, de la empresa AquAdvantage, contiene hormona del crecimiento del salmón Chinook que ha incorporado un gen de la babosa oceánica americana (un tipo de anguila). Además hay que resaltar que el salmón modificado no se cría en Estados Unidos: sus huevos se producen en la Isla del Príncipe Eduardo (Canadá) y se trasladan a Panamá para ser criados y procesados. En el informe de la FDA se dice que es inverosímil o muy poco probable que el pez alterado se escape y altere el medio ambiente. El control del citado salmón ha sido durante 17 años. Si es así, ¿por qué todo el proceso se realiza fuera de los Estados Unidos? De todas maneras la FDA ya ha hecho declaraciones similares, como cuando afirmó lo mismo sobre las abejas africanas que han causado enormes problemas en forma de plagas.
Algunos expertos han puesto de manifiesto que es mucho más preocupante o peligrosa la alimentación que reciben los peces criados en granjas y las aguas de las mismas, que la propia modificación genética. Las variaciones genéticas –dicen- han existido siempre, durante miles de años; pero los alimentos que reciben los animales son absolutamente peligrosos.
El salmón-Frankestein tiene como único beneficio que los fabricantes hacen ganancias en menos tiempo y consiguen convertir basura alimenticia a gran velocidad en un animal cuyas consecuencias ambientales pueden ser funestas y desconocidas para los consumidores.
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